José Ángel Vincench es un artista visual cubano cuya obra se caracteriza por un fuerte compromiso político y social.
Su producción artística se centra en reflexionar sobre la situación política de Cuba, así como en abordar temáticas universales relacionadas con la represión, la libertad, la censura y la identidad. Vincench concibe el arte como una herramienta de pensamiento, como un medio de expresión crítica y como una forma de denuncia ante realidades complejas y, muchas veces, silenciadas.
El método de trabajo que emplea es singular y profundamente conceptual. Parte de la selección de palabras clave que emergen de contextos sociopolíticos específicos —términos que, en muchos casos, son utilizados por regímenes o estructuras de poder para etiquetar, dividir o controlar—. Según el propio artista, estas palabras poseen un “significado psicosocial universal”, es decir, tienen un peso simbólico que trasciende fronteras y culturas. Una vez identificadas, Vincench lleva a cabo un proceso de abstracción tanto de su contenido semántico como de su forma visual. El resultado es una representación artística en la que la palabra original se descompone o se transforma hasta el punto de volverse irreconocible, adquiriendo un carácter casi espiritual o meditativo. Esta descontextualización busca provocar una reflexión profunda en el espectador, obligándolo a enfrentarse con las implicaciones de estos términos más allá del lenguaje cotidiano.
Uno de los elementos más distintivos y cargados de simbolismo en su obra es el uso de la hoja de oro. Vincench emplea este material para destacar, iluminar o rellenar zonas específicas dentro de sus composiciones, generando un poderoso contraste visual y conceptual. La elección del oro no es arbitraria: remite al idealismo que históricamente ha rodeado a la Revolución Cubana, al imaginario socialista y a las promesas de equidad y prosperidad para todos. Sin embargo, en su uso artístico, el oro también adquiere una dimensión crítica: al ser un material precioso y escaso, representa precisamente aquello que resulta inalcanzable para la mayoría, cuestionando la viabilidad de esos ideales revolucionarios en la práctica contemporánea. Así, la hoja de oro se convierte en una metáfora de los sueños truncados, de las utopías fallidas, y de las contradicciones entre el discurso oficial y la realidad cotidiana.
La práctica artística de Vincench, por tanto, se sitúa en un punto intermedio entre lo estético y lo político, lo conceptual y lo visual, lo espiritual y lo social. Sus obras no buscan ofrecer respuestas definitivas, sino más bien abrir espacios para el cuestionamiento, la introspección y el despertar de la conciencia crítica del espectador. A través de la belleza de sus materiales y la complejidad de sus conceptos, Vincench construye un retrato poético pero incisivo del presente, tanto en Cuba como en otros contextos donde los derechos, la libertad y la verdad siguen siendo asuntos en disputa.
Originario de Holguín, una ciudad al oriente de Cuba, José Ángel Vincench se formó en la Escuela Elemental de Artes Plásticas de su ciudad natal y posteriormente continuó sus estudios en la Escuela de Nivel Medio Superior de Artes Plásticas, también en Holguín. Su trayectoria artística ha alcanzado reconocimiento tanto dentro como fuera de la isla. Ha participado en múltiples exposiciones individuales y colectivas en importantes escenarios internacionales, incluyendo ciudades como La Habana, Nueva York, Bogotá y Miami, consolidando así su presencia en el panorama del arte contemporáneo latinoamericano y global.
Perdon
Hojilla de oro sobre lienzo
135 x 135 cm
Paz
Hojilla de oro sobre lienzo
135 x 135 cm
Revolución y Cambio 2
Hojilla de oro sobre lienzo
135 x 135 cm