Bajo una atmósfera densa de misterio y emoción, la exposición WEIRD fue una experiencia sensorial que llevó a los visitantes por los sinuosos caminos del subconsciente humano. La muestra, que reunió a una selección ecléctica de artistas locales e internacionales, presentó una serie de obras que exploran los recovecos ocultos de la mente, los sueños, las obsesiones y lo irracional.
Lejos de lo convencional, WEIRD no solo desafió la lógica visual, sino también la emocional. Cada cuadro expuesto fue una ventana al mundo interior del artista, una pieza de ese mapa abstracto que llamamos psique. Pinturas cargadas de simbolismo, composiciones oníricas y figuras deformadas por la emoción fueron algunos de los recursos con los que los creadores buscaron hacer visible lo invisible.
Artistas costarricenses compartieron paredes con exponentes de América Latina, Europa y Norteamérica, estableciendo un diálogo intercultural sobre los lenguajes del inconsciente. El resultado fue una exposición diversa, provocadora y profundamente introspectiva.
Uno de los elementos más destacados de WEIRD fue su capacidad para conectar con el espectador más allá de la razón. En lugar de ofrecer respuestas, las obras sembraban preguntas: ¿De dónde provienen nuestras emociones más intensas? ¿Qué nos dicen los sueños que no nos atrevemos a interpretar? ¿Hasta qué punto el arte puede actuar como un espejo del subconsciente colectivo?
La curaduría, cuidada y fluida, permitió que cada obra respirara y, al mismo tiempo, dialogara con las demás. El recorrido se sentía como un viaje: desde la inquietud inicial, pasando por la confrontación interna, hasta una especie de catarsis silenciosa. En un mundo saturado de estímulos racionales, WEIRD ofreció una pausa necesaria para mirar hacia adentro.
WEIRD no solo fue una exposición: fue una invitación a sentir sin filtros, a recordar que dentro de cada uno de nosotros habita un universo extraño, profundo y hermoso.
La exposicion fue acompañada por un ciclo de conferencias sobre arte y terapia, fisiologia del cerebro en el acto creativo y el arte como punto de acceso al subconciente.